La evolución histórica del pensamiento ambiental y del desarrollo ha sido progresiva y está marcada por hitos clave que anticiparon la urgencia de un modelo más equilibrado con la naturaleza, y se ha profundizado y actualizado ese compromiso internacional.

En la práctica académica y política, los términos “sustentable” y “sostenible”, convergen en el concepto de “desarrollo sostenible” (o sustentable), entendido como aquel modelo de progreso humano que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de cubrir sus propias necesidades. El desafío consiste en armonizar los tres ejes, el económico, el social y el ambiental (o ecológico): no basta con impulsar crecimiento si se destruye el entorno o se acrecienta la desigualdad.

Reflexionar sobre estos antecedentes, conceptos y pilares permite comprender que el desarrollo sostenible no es una utopía, sino un marco de orientación ética y práctica para que las sociedades puedan evolucionar en equilibrio con su entorno. Entender su génesis histórica refuerza la urgencia de actuar hoy, pues las decisiones presentes definirán la calidad de vida de quienes vengan mañana.